A lo largo de este intercambio, participantes de Croacia, República Checa, Italia, Grecia, Rumanía y España trabajaron sobre el bullying a nivel global. Las cifras de desplazados que estábamos viendo en los últimos años eran las más altas de la historia, ya que de un refugiado por cada 160 personas se pasó a uno por cada 113 en tan solo diez años. A finales de 2022, 70,5 millones de personas estaban desplazadas por la fuerza en todo el mundo como consecuencia de persecuciones, conflictos, violencia o violaciones de los derechos humanos, 2.000.000 más que el año anterior. De estos más de 70,5 millones, un tercio eran refugiados, personas que, debido a fundados temores de ser perseguidas por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encontraban fuera del país de su nacionalidad y no podían o no querían acogerse a la protección de su país, o no podían o, a causa de dichos temores, no querían regresar al país de su nacionalidad.

Tras analizar este contexto bastante esclarecedor de la situación actual en la que nos encontrábamos, debimos tomar conciencia y actuar a través de acciones como la que propusimos en esta iniciativa en forma de intercambio europeo. Propusimos trabajar el concepto de acoso escolar desde la especificidad de los jóvenes refugiados que teníamos en nuestras entidades y con los que habitualmente teníamos más oportunidades de trabajar.

Una vez expuesto este contexto que explica el motivo  de este intercambio, pasamos a concretar los objetivos generales:

- Facilitar la convivencia y la inclusión integral y prevenir la violencia en cualquiera de sus formas (violencia ascendente y descendente, violencia de género, acoso, xenofobia, resolución violenta de conflictos, maltrato, ciberacoso, etc.) en las entidades, centros educativos, entornos sociales, etc.
- Mejorar la inclusión de los jóvenes refugiados, inmigrantes y solicitantes de asilo a través de la sensibilización y la puesta en marcha de acciones inclusivas.